viernes, 27 de julio de 2007

Reflexión


Cuando piensas en ti, siempre piensas a futuro, y cuando piensas en el pasado, es para compararte y sentir que haz cambiado. Cuando piensas en casarte, piensas en tu casa, en tus muebles, en tu pareja, en tus hijos. Cuando piensas en tus hijos, piensas en cantidades, en su sexo, en sus gustos, en su carácter, en sus nombres. Cuando piensas en ellos, piensas en qué colegio lo pondrás, a qué universidad irá, qué estudiará (tendencia clara a insertar a tu hijo en un sistema que está camino al fracaso). Cuando piensas en ti y tu futuro, cuando piensas en tu hijo, cuando piensas En su nombre, ¿Piensas también si habrá mundo para ellos y para ti?

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