miércoles, 22 de agosto de 2007

Jan Svankmajer


Jan Svankmajer es un fílmico checo de tendencias surrealistas. Además de su trabajo en el mundo del cine es escultor, diseñador, poeta y artista gráfico. Sus obras están caracterizadas por su toque absurdo y original, siendo padre de una excelente serie de cortos y largometrajes con un mensaje subjetivo pero a la vez altamente explicito y fuerte.

Solo ofrezco uno de sus cortos e invito a que si les llama la atención busquen más por su propia cuenta… no por nada el nombre del blog…

Disfruten y analicen




sábado, 4 de agosto de 2007

El proceso de liberación (el verdadero objetivo educacional)

La libertad no debe ser vendida por ningún dinero (Cervantes).

Antes de adentrarnos a cualquiera fuese el tema, debemos darle cierta denotación al concepto de libertad, entendiendo ésta como la capacidad del ser humano de discernir (realizar o no una acción) y dándole un carácter de necesidad dentro de la sociedad.
El paso siguiente sería realizar una serie de conexiones que, probablemente, nos lleven a distintas áreas vinculadas con la libertad, llegando incluso a nuestras propias vidas. Observar y analizar nuestra rutina desde una perspectiva libertaria (no liberal) nos produciría una reacción por lo menos desesperarte, pensando que ya de entrada el factor monetario; el dinero, deja de ser en la actualidad un objeto mediador de nuestros objetivos, y pasa a ser el objetivo en sí, provocando así una convivencia opresiva entre el dinero y el ser. Por otro lado, existe todo un sistema creado por este mismo factor (el dinero) que nos envuelve en una serie de cadenas que terminan apresándonos y privando de toda manifestación de libertad; eres preso de tus propias necesidades, debido a que estas educado a darle solución a tus conflictos a través del dinero, cuya obtención es también opresivas en nuestra realidad, lo que termina generando un circulo vicioso del cual es imposible, aparentemente, escapar.
Lo que es más terrible de todo esto es que, a pesar de que somos “concientes” de una realidad que nos priva de libertad, no nos damos cuenta que en el fondo este sistema no solo nos oprime sino que también nos moldea con el fin de que todas estas opresiones se conviertan en algo cotidiano y no influyente en nuestras vidas, además de darle un carácter de inmodificable, por lo cual solo tenemos que adaptarnos a ello en lugar de transformarlo.
La realidad es esta; vendimos nuestra libertad a cambio de ciertas facilidades que con el tiempo se han transformado en el contrato que nos impide cambiar nuestras vidas; somos presos indirectos de un estilo de vida impuesto por el sistema neoliberal. En estricto sentido, este ya nombrado estilo de vida neoliberal genera tres tipos globales de personas, las no concientes de su realidad y de la falta de libertad que ésta presenta, las concientes pasivas que dejan que su realidad, alejada de libertad, simplemente fluya porque lo consideran como algo que deben soportar, y las concientes activas que son entes transformativos de su entorno social. El objetivo entonces es crear mentes concientes y activas, pero no activas en un sentido sectario, sino algo más individual; el conocimiento debe ser social y por lo menos algo colectivo que además no sea distintivo para cada clase social, por otro sentido, las distintas y subjetivas visiones de la realidad crean las más diversas ramas culturales, respetables todas. Sin embargo, somos nosotros como individuos los cuales debemos tener un sentido analítico y transformativo de la vida para así contribuir a una cultura determinada y no, en sentido contrario, que la cultura determine al individuo.

Centrándonos específicamente en los entes pasivos, concientes pero no transformativos de su realidad, existen dos preguntas claves que debemos cuestionarnos, qué produce esta conducta pasiva y cómo transformarla a una conducta activa. En este sentido y en lo personal creo que la educación juega un rol fundamental en ambos cuestionamientos, el objetivo de las escuelas ya no es enseñar simplemente, en la actualidad se busca crear futuros empleados, los jóvenes se egresan sabiendo mucho de todo, pero todo sin mayor sentido para sus vidas, por lo que, en el fondo, solo se esta entrenando al alumno para que rinda un examen que le permita adherirse al sistema para que no se pierda ni caiga en la ruina. Por otro lado, las jornadas que poseen las escuelas son por lo menos estresantes y agobiantes y en muchos casos opresivas, lo que fomenta un estilo de vida neoliberal alejado de los cánones de la libertad; debes comer mal, dormir mal, hacer mucho en poco tiempo y aprender a vivir con eso. En el fondo las escuelas lo único que enseñan, y es lo único que el alumno aprehende (en el sentido de hacer propia una información, o sea, parte de sus vidas), es un estilo de vida vertiginoso que ayudaría al joven a soportar su futura rutina como engranaje del sistema capitalista. Tomando en cuenta esto, la educación es el principal creador de esta actitud pasiva frente a su realidad, podemos deducir también que no existe en la enseñanza en general, no solo de las escuelas sino también a nivel familiar y social, una intención por crear entes activos y trasformativos de la sociedad puesto que ellos (los educadores) son también entes pasivos que están conformes con su situación y no entienden que es necesario un cambio radical, una nueva postura en la educación y, por otro lado afecta enormemente el sentido comercial que se le da a la educación en la actualidad; las escuelas son ahora partes de un mercado (cualquier persona con un buen capital puede poner un colegio y fomentar su idiosincrasia). ¿Cómo cambiar esto?, cambiando la educación, que ya no sea un proceso de memorización de conceptos sino un acto reflexivo y analítico de su entorno, de este modo, las escuelas seguirían fomentando un estilo de vida, pero ya no sería vinculado con el adiestramiento y adaptación, sino a base de sus propias conclusiones y experiencias de vida, enseñar deja de ser un mero traspaso de conocimientos entre los entes comunicacionales y pasa a ser la entrega de herramientas para la construcción de este (el conocimiento). Si creamos y fomentamos desde pequeños en los seres humanos una conducta reflexiva, tendrán la capacidad de analizar por sí mismos el entorno y, seguidamente, ser modificadores de su realidad. Por último, es necesario también darle mayor importancia al sentimiento de libertad, con el fin que sea ella la que dirija el discernimiento y no otro factor como lo es en la actualidad el dinero. De este modo, y a través de la reflexión y el amor a la libertad, todo propio del ser humano (por lo que todos están en capacidad de hacerlo), podemos generar cambios importantes en la sociedad, partiendo en un cambio de mentalidad de nosotros mismos (transformarnos en concientes activos) y seguidamente, crear esta mentalidad en quienes nos rodean.

Dale al hombre el pescado y lo alimentarás por un día. Enséñale a pescar y lo alimentaras de por vida.