martes, 30 de octubre de 2007

Zero 7


Seré breve, no se mucho de este grupo, llegó a mis oídos por casualidad, pero me llamaron mucho la atención los videos en especial este que les dejo. Me provoca una reflexión similar a cuando miro las estrellas…


La belleza de cada obra de arte no esta en sí misma sino en la reflexión a la que nos hace llegar




miércoles, 3 de octubre de 2007

Con respecto a los gustos


Hace unos días entré en una tremenda confusión relacionada con los gustos, no eventualmente del sentido gustar, mas se vincula a la satisfacción de ciertos estímulos que podríamos considerar arte. Partí del supuesto que una de las características de los gustos es que estos son heterogéneos, esto quiere decir, por ejemplo, que a alguien le puede gustar una obra de Mozart como puede no gustarle y preferir a Violeta Parra, como puede gustarle una obra de Picasso y considerarla magistral, como puede pensar que eso es cosa de locos, en fin, el punto es que todos los gustos, aparentemente, son distintos entre ellos. Sin embargo, logré identificar también que existía una constante en el tiempo, manchas de café desparramadas por todos los lugares de una gran línea cronológica, lo que se define vulgarmente como lo que esta de moda, o más simplemente modas. Suena paradójico tan solo pensar en la idea que un concepto de carácter heterogéneo puede llegar a ser una suerte de ley general que se expande por todos los confines del planeta y quizás más allá, generando una auto-uniformidad de las masas ¿Qué hace que a más de una persona le guste vestirse de la misma forma, escuchar la misma música, gustar de las mismas obras teatrales y de las mismas pinturas? Entendí entonces que los gustos, además de ser heterogéneos presentan otra característica que los hace aún más complejos, se comunican entre sí. Todos, a través de una u otra forma exhalamos nuestros gustos, en la forma de caminar, de vestirnos, de peinarnos (o no peinarnos), de mirar; todo muy inconcientemente, por lo mismo, la recepción de los estímulos relacionados a lo gustos es también muy inconciente, no nos damos cuenta cuando algo nos empezó a gustar y cuando fue el momento que esos gustos nos hicieron cambiar tanto a nosotros mismos, y nos miramos al espejo y caemos en la conciencia de que todo lo propio es solo el reflejo evidente de un simple gusto, soy lo que gusto. En ese momento entró un miedo tremendo en mí interior, al entender que los gustos se comunican comencé a analizar el lenguaje de los gustos, pensando que si es que realmente los gustos se relacionan entre sí y son tan heterogéneos como lo dicen ser, entonces encontraría un mundo infinito de posibilidades artísticas que antes no había visto jamás… luego de varios paseos por el centro mi miedo mutó a una horrible sensación de fracaso al denotar que a lo que llamé en un principio como lenguaje de los gustos, tendría que transformarlo a un término más adecuado para mi realidad espacial y cronológica, el lenguaje de las modas. La duda eventual: ¿Cómo se esparcen las modas?, suena entonces el devenir de una avalancha de preguntas, todas esperando una respuesta, ¿Quién crea las modas? ¿Nosotros? Si somos nosotros ¿Cómo fue posible que el gusto de solo una persona se hiciera tan masivo? Y se prendió la ampolleta, o más bien, alguien prendió el televisor…